El fantasma de De Gaulle retorna a Europa

 

MSIa Informa

La vieja idea del presidente Charles de Gaulle (1958-1968) de una Europa integrada del Atlántico a los Urales, recreada en la expresión de “Lisboa a Vladivostok”, obviamente incluyendo a Rusia, volvió a mencionarse en Francia, esta vez por el presidente ruso Vladimir Putin.

 

Putin estuvo en Francia para reunirse con su colega Emmanuel Macron, el pasado lunes 19 de agosto en la localidad mediterránea de Bresancon, evento previo a la cumbre del G 7 celebrada en Biarritz al siguiente fin de semana (Rusia fue expulsada del entonces G-8 en 2014, después de la reanexión de Crimea a la Federación Rusa). Aunque no se divulgó un comunicado oficial, los dos líderes hicieron breves pronunciamientos y respondieron algunas preguntas de los periodistas.

 

Según ambos, la pauta de la conversación incluiría las crisis de Ucrania y Siria y el acuerdo nuclear con Irán, los cuales, dijo Macron, también estarían en la agenda del G 7.

 

El hecho de esta reunión entre Putin y Macron antes de la cumbre el G 7 denota la percepción creciente europea sobre la necesidad de una normalización de las relaciones con Rusia, además del reconocimiento de su importancia como protagonista en el complejo cuadro del Gran Oriente Medio, después de la intervención militar que cambió el rumbo del conflicto en Siria, a partir de 2015.

 

En su intervención, Macron afirmó:

“Yo sé que Rusia es un país europeo en el fondo de su alma. Creemos en una Europa que se extienda de Lisboa a Vladivostok. El gran escritor ruso (Fiodor) Dostoiesvski dijo ‘Los rusos tienen una peculiaridad en lo que concierne a otras naciones europeas. Un ruso se vuelve más ruso cuando él es más europeo’. En otras palabras, es necesario para los rusos volverse parte del mundo europeo. Es por eso que creo en este concepto europeo. Creo que deberíamos reconstruir y revisar la arquitectura de confianza entre Rusia y la Unión Europea. Francia desempeñara plenamente su papel a este respecto.

 

“Como ustedes saben, estamos enfrentando amenazas nuevas y comunes, ya sea en el área nuclear, en la seguridad cibernética y en otras áreas. Debemos desarrollar una agenda común y métodos comunes para combatir y solucionar estos conflictos.

 

“Como Rusia es un país europeo, tiene un lugar integral en la familia europea. Es por eso que Francia ha hecho todo lo posible para que Rusia retorne al Consejo de Europa. Y una vez que Francia presida el Comité de Ministros del Consejo de Europa, conseguiremos usar esas oportunidades para tomar las medidas necesarias. (Kremlin, 19 de agosto de 2019).

 

En su respuesta, Putin recordó el papel de de Gaulle como un líder europeo, sugiriendo implícitamente su resistencia a la agenda hegemónica implementada por el eje anglo-americano:

 

“Sobre las perspectivas para la creación de una Europa común que se extienda de Lisboa a Vladivostok, esto no fue una idea nuestra. Fue el general Charles de Gaulle quien la dijo. Cuando hablaba sobre la Europa extendiéndose entre Lisboa y los Urales. Pero Rusia se extiende hasta el Océano pacífico, y todo ese territorio es espacio cultural europeo. Es importante que entendamos esto. Y no importa que esto parezca imposible hoy. Cualquier cosa que hoy parezca imposible puede ser inevitable mañana.

 

“Nosotros nos basamos en esta premisa. Yo creo que si pensamos sobre esto hoy y establecemos tales objetivos, los cuales son muy importantes para Europa en el contexto estratégico de largo plazo (si ella quiere preservarse como un centro de civilización), y también para Rusia, y trabajamos en eso juntos, entonces, tarde o temprano, llegaremos cerca de lograr este objetivo. Es importante elegir un camino, de una manera o de otra (no importa cómo), y movernos lentamente en dirección certera, en línea con las actuales condiciones”.

 

La referencia a de Gaulle no es gratuita. Como es sabido, Macron gusta de compararse al gran fundador y líder de la Quinta República francesa, quien por su autonomía y resistencia a los designios hegemónicos anglo-americanos, fue incluido en la lista negra de los objetivos del aparato de poder clandestino creado por los británicos y estadounidenses durante la Guerra Fría, el cual promovió por lo menos dos atentados contra él.

 

En represalia, de Gaulle retiró a Francia de la estructura militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la expulsó de París, en 1966, obligándola a encontrar una nueva sede en Bruselas, donde se ubica hasta el día de hoy. En 2009, el entonces presidente Nicolas Sarkozy reintegró al país a la estructura de comando de la Alianza Atlántica.

 

A pesar de la familiaridad de Macron con las estructuras de poder, ha demostrado un cierto pragmatismo en sus posturas sobre Rusia y es posible que el creciente protagonismo de Moscú en el escenario estratégico lo esté llevando a abrir los ojos más rápidamente que a sus demás colegas europeos. No obstante, todavía no se cura de la miopía con relación a otras regiones del mundo como Iberoamérica.

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